Nos preocupa y nos indigna que el Gobierno de España no haya conseguido asumir protagonismo en la defensa del derecho del pueblo palestino a tener un Estado que sea miembro pleno de la Organización de Naciones Unidas y, sin embargo, que Usted haya realizado una serie de afirmaciones ante la Asamblea General que parecen dictadas desde Israel, que buena parte de la ciudadanía española no comparte y que han desconcertado a los palestinos y palestinas.
Veinte años de negociaciones han demostrado que las conversaciones bilaterales son insuficientes para llegar a un acuerdo. Y su fracaso, mientras la política de hechos consumados en el terreno sigue avanzando, nos lleva a afirmar que Israel sólo cumplirá con sus obligaciones con una presión externa decidida. Sin ir más lejos, el 26 de septiembre, tan sólo unos días después de la reciente Asamblea General de NNUU en la que Usted pronunció el discurso objeto de nuestra inquietud, Israel aprobó y anunció la construcción de 1.100 viviendas en el Jerusalén Este ocupado. Con semejante actitud resulta difícil imaginar que la paz pueda construirse de manera cooperativa entre vecinos dispuestos a convivir.
Consideramos que conceder el estatuto de Estado observador a Palestina no es una “señal clara” de la Comunidad Internacional de reconocimiento y de apoyo; es más bien la constatación de la debilidad de Europa y de la supremacía de Estados Unidos en Naciones Unidas. El hecho de que ni siquiera mencionara la posibilidad de que el Consejo de Seguridad respalde la admisión del Palestina como Estado de pleno derecho en la NNUU prueba este fracaso.
El Gobierno español y la Unión Europea tienen que reclamar a Israel la congelación real de la expansión de asentamientos así como otras condiciones que la legalidad internacional y los acuerdos adoptados desde Oslo marcan, en vez de imponer nuevas y cambiantes exigencias a la población palestina.
La mención de Israel como “hogar nacional para el pueblo judío” hace olvidar a un veinte por ciento de su población actual, más de un millón y medio de palestinos y palestinas que viven allí donde lo hicieron sus antepasados y antepasadas y que sufren políticas sistemáticas de discriminación por el hecho de no ser judíos. La historia judía de España no tiene nada que ver con Israel, e Israel no representa a los judíos. El proyecto de “hogar nacional para el pueblo judío” fue en su origen un proyecto colonial y su resultado, el estado de Israel, que se deslegitima día a día cuando lleva a cabo las políticas de discriminación, limpieza étnica y ocupación ilegal de territorios de Estados vecinos.
La resolución del conflicto no puede satisfacer a ambos por igual cuando una parte es ocupante y la otra es ocupada, cuando un lado dice negociar para simplemente legitimar más de sesenta años de políticas de fuerza. La Historia muestra que hay conflictos que se resuelven imponiendo la justicia y el derecho.
Según sus palabras ante la Asamblea de NNUU, el problema de la población refugiada palestina sólo se resolverá de manera negociada y justa “permitiendo la preservación del carácter actual de Israel”. Dicha afirmación no sólo contradice las resoluciones de la ONU respecto al derecho al retorno de los refugiados, sino que puede ser interpretada como un aliento a la política de discriminación y racismo que practica el Estado israelí y que, sin duda, no favorece la consecución de una paz justa y duradera.
Sus palabras han sido recogidas en las primeras planas de los periódicos israelíes como una señal clara de que “España reconoce por primera vez a Israel como Estado del pueblo judío”. Siguiendo la tradición colonial con respecto a Oriente Medio, y recordando la Declaración Balfour, la Ministra se arroga el derecho de adjudicar ámbitos que no le pertenecen y en flagrante oposición a la voluntad del pueblo originario. Otorgar una parte de Palestina al control único de los judíos, y no solo los que son habitantes de estas tierras, sino a los judíos ciudadanos de otros países (y nuevamente, sin consultarlos) es una violación de los derechos humanos y del derecho a la autodeterminación de los pueblos. Dicho sea de paso la posición española no tiene nada a deber con los judíos ni con su expulsión de la península, al igual que ocurrió con la población musulmana, a causa de la historia inquisitorial y depuración por motivos religiosos durante su proceso de construcción como estado.
Repudiamos esta tentativa del gobierno del estado español de encausarse en este enfoque que asocia la idea de ciudadanía con la de confesión religiosa.
Le exhortamos a que muestre la voluntad firme del Gobierno español con el pleno reconocimiento bilateral de Palestina como miembro de pleno derecho de Naciones Unidad, y que deje de estimular políticas de colaboración y normalización con un estado ocupante. Es lo quiere la mayor parte de la población española, es lo más coherente con más de tres décadas de apoyo diplomático a la OLP y lo más congruente ante el volumen ingente de ayuda dedicada a apoyar a la sociedad palestina. No hacerlo sería aceptar el status quo actual e, indirectamente, estar financiando la ocupación al liberar a Israel de sus obligaciones como potencia
ocupante.
Firman:
Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina - RESCOP
Asociación Al Quds, (Málaga), Asociación Hispano Palestina Jerusalén (Madrid), Asociación Paz Ahora, Asociación Paz con Dignidad, Asociación pro Derechos Humanos de Andalucía, Boicot Preventiu (Barcelona), Castelló per Palestina, Comité de Solidaridad con la Causa Árabe (CSCA), Comunidad Palestina de Canarias, Comunidad Palestina de Cataluña, Coordinadora de apoyo a palestina rioja (La rioja), Ecologistas en Acción (Madrid, Valladolid), Acsur Las Segovias, Fundación IEPALA, Fundación Mundubat, Interpueblos (Cantabria), ISM Cataluña / Valencia, Izquierda Anticapitalista, Komite Internazionalistak (Euskadi), MEWANDO (Euskadi), Mujeres en Zona de Conflicto - M.Z.C., Mujeres por la Paz - Acción solidaria con Palestina (Canarias), Palestinarekin Elkartasuna (Euskadi), Plataforma Palestina Ibiza, Plataforma Solidaridad con Palestina (Sevilla), Red de Jóvenes Palestinos, Red de Judíos Antisionistas - IJAN, Sodepau , Sodepaz, Sodepaz Balamil - Valladolid, Taula Per Palestina (Baleares), Xarxa d’enllaÇ amb Palestina (Barcelona), Xarxa Solidaridad Palestina (Valencia).
Veinte años de negociaciones han demostrado que las conversaciones bilaterales son insuficientes para llegar a un acuerdo. Y su fracaso, mientras la política de hechos consumados en el terreno sigue avanzando, nos lleva a afirmar que Israel sólo cumplirá con sus obligaciones con una presión externa decidida. Sin ir más lejos, el 26 de septiembre, tan sólo unos días después de la reciente Asamblea General de NNUU en la que Usted pronunció el discurso objeto de nuestra inquietud, Israel aprobó y anunció la construcción de 1.100 viviendas en el Jerusalén Este ocupado. Con semejante actitud resulta difícil imaginar que la paz pueda construirse de manera cooperativa entre vecinos dispuestos a convivir.
Consideramos que conceder el estatuto de Estado observador a Palestina no es una “señal clara” de la Comunidad Internacional de reconocimiento y de apoyo; es más bien la constatación de la debilidad de Europa y de la supremacía de Estados Unidos en Naciones Unidas. El hecho de que ni siquiera mencionara la posibilidad de que el Consejo de Seguridad respalde la admisión del Palestina como Estado de pleno derecho en la NNUU prueba este fracaso.
El Gobierno español y la Unión Europea tienen que reclamar a Israel la congelación real de la expansión de asentamientos así como otras condiciones que la legalidad internacional y los acuerdos adoptados desde Oslo marcan, en vez de imponer nuevas y cambiantes exigencias a la población palestina.
La mención de Israel como “hogar nacional para el pueblo judío” hace olvidar a un veinte por ciento de su población actual, más de un millón y medio de palestinos y palestinas que viven allí donde lo hicieron sus antepasados y antepasadas y que sufren políticas sistemáticas de discriminación por el hecho de no ser judíos. La historia judía de España no tiene nada que ver con Israel, e Israel no representa a los judíos. El proyecto de “hogar nacional para el pueblo judío” fue en su origen un proyecto colonial y su resultado, el estado de Israel, que se deslegitima día a día cuando lleva a cabo las políticas de discriminación, limpieza étnica y ocupación ilegal de territorios de Estados vecinos.
La resolución del conflicto no puede satisfacer a ambos por igual cuando una parte es ocupante y la otra es ocupada, cuando un lado dice negociar para simplemente legitimar más de sesenta años de políticas de fuerza. La Historia muestra que hay conflictos que se resuelven imponiendo la justicia y el derecho.
Según sus palabras ante la Asamblea de NNUU, el problema de la población refugiada palestina sólo se resolverá de manera negociada y justa “permitiendo la preservación del carácter actual de Israel”. Dicha afirmación no sólo contradice las resoluciones de la ONU respecto al derecho al retorno de los refugiados, sino que puede ser interpretada como un aliento a la política de discriminación y racismo que practica el Estado israelí y que, sin duda, no favorece la consecución de una paz justa y duradera.
Sus palabras han sido recogidas en las primeras planas de los periódicos israelíes como una señal clara de que “España reconoce por primera vez a Israel como Estado del pueblo judío”. Siguiendo la tradición colonial con respecto a Oriente Medio, y recordando la Declaración Balfour, la Ministra se arroga el derecho de adjudicar ámbitos que no le pertenecen y en flagrante oposición a la voluntad del pueblo originario. Otorgar una parte de Palestina al control único de los judíos, y no solo los que son habitantes de estas tierras, sino a los judíos ciudadanos de otros países (y nuevamente, sin consultarlos) es una violación de los derechos humanos y del derecho a la autodeterminación de los pueblos. Dicho sea de paso la posición española no tiene nada a deber con los judíos ni con su expulsión de la península, al igual que ocurrió con la población musulmana, a causa de la historia inquisitorial y depuración por motivos religiosos durante su proceso de construcción como estado.
Repudiamos esta tentativa del gobierno del estado español de encausarse en este enfoque que asocia la idea de ciudadanía con la de confesión religiosa.
Le exhortamos a que muestre la voluntad firme del Gobierno español con el pleno reconocimiento bilateral de Palestina como miembro de pleno derecho de Naciones Unidad, y que deje de estimular políticas de colaboración y normalización con un estado ocupante. Es lo quiere la mayor parte de la población española, es lo más coherente con más de tres décadas de apoyo diplomático a la OLP y lo más congruente ante el volumen ingente de ayuda dedicada a apoyar a la sociedad palestina. No hacerlo sería aceptar el status quo actual e, indirectamente, estar financiando la ocupación al liberar a Israel de sus obligaciones como potencia
ocupante.
Firman:
Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina - RESCOP
Asociación Al Quds, (Málaga), Asociación Hispano Palestina Jerusalén (Madrid), Asociación Paz Ahora, Asociación Paz con Dignidad, Asociación pro Derechos Humanos de Andalucía, Boicot Preventiu (Barcelona), Castelló per Palestina, Comité de Solidaridad con la Causa Árabe (CSCA), Comunidad Palestina de Canarias, Comunidad Palestina de Cataluña, Coordinadora de apoyo a palestina rioja (La rioja), Ecologistas en Acción (Madrid, Valladolid), Acsur Las Segovias, Fundación IEPALA, Fundación Mundubat, Interpueblos (Cantabria), ISM Cataluña / Valencia, Izquierda Anticapitalista, Komite Internazionalistak (Euskadi), MEWANDO (Euskadi), Mujeres en Zona de Conflicto - M.Z.C., Mujeres por la Paz - Acción solidaria con Palestina (Canarias), Palestinarekin Elkartasuna (Euskadi), Plataforma Palestina Ibiza, Plataforma Solidaridad con Palestina (Sevilla), Red de Jóvenes Palestinos, Red de Judíos Antisionistas - IJAN, Sodepau , Sodepaz, Sodepaz Balamil - Valladolid, Taula Per Palestina (Baleares), Xarxa d’enllaÇ amb Palestina (Barcelona), Xarxa Solidaridad Palestina (Valencia).
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